Fin de año, se desata una avalancha de saludos y buenos deseos, algunos sinceros, otros no tanto, abrazos a gente que quizá ni siquiera conoces, gestos de empatía y buena onda. En el trabajo esculpimos una sonrisa y nos entregamos a la tradición del amigo secreto, envolviéndonos en un juego de sorpresas al ritmo de un…. ¡que lo abra! ¡que lo abra!...y una vez abierto (Aplausos). ¿Aburrido? Decida usted.