Imagen elaboración propia |
Una nueva palabra viene a engalanar nuestra autocomplacencia y desprolijidad
a la hora de informarnos. Este neologismo es la denominada post-verdad o
posverdad, no sé bien cual palabra debo usar, ya que una de ellas puede ser
mentira, pero se entiende que dejamos de lado la verdad, como si fuera un
consejo de Schopenhauer remasterizado versión 2.0.
Nos dejamos acariciar por un discurso que se acomoda a nuestros
intereses y que repetiremos como loros para lograr un objetivo, como si se
tratara de publicidad orientada a encontrar la felicidad en una bebida gaseosa,
peligroso cocktail de irresponsables publicaciones en medios hegemónicos (mass-media)
y comentarios en las redes sociales, que despiertan encolerizados cuando son
contra-argumentados con algo debidamente respaldado.