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Una nueva palabra viene a engalanar nuestra autocomplacencia y desprolijidad
a la hora de informarnos. Este neologismo es la denominada post-verdad o
posverdad, no sé bien cual palabra debo usar, ya que una de ellas puede ser
mentira, pero se entiende que dejamos de lado la verdad, como si fuera un
consejo de Schopenhauer remasterizado versión 2.0.
Nos dejamos acariciar por un discurso que se acomoda a nuestros
intereses y que repetiremos como loros para lograr un objetivo, como si se
tratara de publicidad orientada a encontrar la felicidad en una bebida gaseosa,
peligroso cocktail de irresponsables publicaciones en medios hegemónicos (mass-media)
y comentarios en las redes sociales, que despiertan encolerizados cuando son
contra-argumentados con algo debidamente respaldado.
En este contexto es inverosímil ver como gran parte de los
cibernautas creen informarse. Replican publicaciones de pasquines que solo
están en la red para ser eco de noticias falsas, las que luego son difundidas
por ingenuos y/o maliciosos, creando realidades inexistentes en base a fuentes
bastante dudosas. Sin embargo no se trata de practicas nuevas; ejemplo de ello
es el infame titular “exterminados como ratones” del diario La Segunda en 1975,
el cual alude a una noticia falsa publicada por medios brasileños y argentinos
que nadie conocía, para ser citado después por medios nacionales, con el
objetivo de ocultar torturas y asesinatos de la dictadura militar en Chile.
Hoy en día esa fabrica de falsedad se ha multiplicado a la
velocidad de internet e incluso se ha vuelto mas eficiente, ya que con ingentes
cantidades de información, sumado a la veloz lectura de titulares de las
personas mientras toman un café en la oficina, han generado un ambiente fecundo
para grandes cadenas “informativas” sociópatas, ademas de las redes sociales como twitter y
Facebook, que han dado paso al reinado de los “memes” de fuente desconocida. La
mayor parte del tiempo inundan las redes con ridiculizaciones de escenas del
acontecer diario, generando en la mayoría de los casos opiniones completamente
fuera de la realidad, como el hilarante Audi de Camila. Esta situación ha
llegado a niveles tan vergonzosos que incluso existen medios de comunicación
masivos que dedican espacio en sus sitios web a los memes mas compartidos,
definitivamente señales que indican la decadencia del periodismo.
Y aunque todavía no comprendamos “el color con que pintan la
noticia cuando el pobre dice no”, como nos canto Violeta, por suerte, la fuerza
no solo tiene un lado oscuro, también están aquellos que en búsqueda de la
verdad siguen combatiendo utilizando herramientas similares, como ya lo han hecho muchos,
entre ellos L.E. Recabarren.
04/01/2017
Franco Contreras
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