Entre tomates paltas y mayo sobre el plato típico, aduana estampa el timbre en pasaporte italiano.
El giro instantáneo y fecundo del grifo sacia nuestra sed, lava nuestros cuerpos e irriga nuestros campos para la venta por kilo en el supermarket.
Instantáneos dolores de cabeza al son de aspirina y migranol, permiten que tiznados cuellos de camisa terminen el día y corran al refugio subterráneo donde ya cientos comprimen su respiración y sueñan con un instante perfecto de distancia que instantáneamente es interrumpido con un perdón, disculpe, por favor, gracias……y vuelve al rescate el audífono del anonimato sonoro que mece nuestros tímpanos.
Enchufa la tetera y obedientemente es vaciado aquel líquido que en virtud de la interacción paupérrima otorga calidad instantánea al agregue dos tazas de agua hirviendo y listo.
Franco Contreras
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