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| Imagen, elaboración propia |
Cuando compartía conversaciones con algunos amigos, mi discurso siempre me hacía quedar como el pesimista del grupo, pero hoy veo que en la negación de sus propios deseos y conformismo, prefirieron caricaturizar mis demandas y observaciones respecto del sistema en que vivimos.
Veníamos “pateando piedras” desde los 80tas, preguntándonos ¿por qué por qué los ricos, tienen derecho a pasarla tan bien?, con desazón pedíamos que “muevan las industrias”, llorábamos por los rincones a Víctor y repetíamos como un mantra “para que nunca más en Chile, para que nunca más”y así llegamos a los 90tas condenados a cantar “I'm a creep, I'm a weirdo”y el flaco de Seattle nos recetaba “Lithium” en cada una de sus apariciones hasta que en 1994 ya no surtió efecto.
Kurt no estaba, pero como una epifanía Sepultura nos entregaba el himno “Refuse/Resist” (Rechaza y resiste), cuando el Subcomandante Marcos iniciaba el levantamiento indígena con Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), convirtiéndose en una de las más importantes luchas por reivindicaciones sociales en nuestro continente. Atónitos quedamos con la guerra declarada por el “pasamontaña” al gobierno Mexicano de la época, coincidiendo con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Entre revueltas llegamos a la batalla de Seattle en 1999, que terminó cancelando la Ronda del Milenio de la Organización Mundial de Comercio (OMC). El movimiento antiglobalización tomó el control de las calles e hizo fracasar la convención, pero después el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial, y la misma OMC nos dejaron durmiendo en el fuego (RATM “Sleep Now in the Fire”) del neoliberalismo, mientras “El libro negro de la justicia chilena” de Alejandra Matus era confiscado, censurado y su autora se exiliaba.
Ya en el 2000 Naomi Klein nos arrastraba por la horrible realidad de las grandes empresas, en su obra “No Logo”, y yo conocía el trabajo de Amy Goodman y “Democracy Now”, logrando acceso directo a opiniones de Noam Chomsky.
En el intertanto Venezuela comenzaba la Revolución Bolivariana con la presidencia de Hugo Chávez. Para mí había iniciado oficialmente el progresismo en Latinoamérica, al que adherirán Néstor Kirchner, Cristina Fernández, Lula da Silva, Fernando Lugo, Michelle Bachelet, Evo Morales, José Mujica y Dilma Rousseff.
Mientras que Sebastián Piñera y su gabinete, insisten en no escuchar a la ciudadanía, que hoy reúne a mas de 1,5 millón de personas solo en el centro de Santiago, en la marcha nacional más grande de la historia de Chile, para exigir equidad y justicia social.
Es tiempo de abrir paso al progresismo y todos juntos ingresar al desarrollo.
Franco Contreras
25/10/2019
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