lunes, 3 de agosto de 2020

Infancia es inocencia

Imagen, elaboración propia 
Generalmente conocemos el origen de una historia, pero rara vez podemos vaticinar los diversos caminos que se abren cuando estas avanzan. Este fue el caso de la revolución de octubre, la pandemia y recientemente el retiro del 10% de los fondos individuales en las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), en nuestro país.

En el caso del retiro por la crisis económica, y que desde una perspectiva financiera, considerando las posibles pérdidas que podríamos enfrentar debido a la volatilidad de los mercados, también podría significar el rescate de una pequeña parte de nuestros fondos, abriendo una ventana a la discusión de otra problemática endémica de nuestra sociedad, como son los hijos abandonados, los no reconocidos, los que incluso la literatura abiertamente  denominó “huachos”.  

De esta manera el retiro o rescate, toma forma de justicia divina en el imaginario de los cotizantes del fallido sistema de AFP, con una externalidad insospechada que se materializó en la posibilidad de que los hijos e hijas olvidados, puedan acceder a este 10%, compensando de esta manera parte del abandono de padres y madres irresponsables. Pero esta justicia no es divina, es producto de la razón, el resultado de códigos morales que aún prevalecen, de hombres y mujeres que nos permiten todavía confiar en el ser humano.

Aunque el dinero no reemplaza la figura paterna o materna, configura un símbolo de justicia para aquellos niños y niñas truncados, rechazados, que se complicaron para el día del padre, se encargaron de la casa, salieron a trabajar y que emocionalmente trataron de curarse ellos mismos. Saben que en la mayoría de los casos, el amor de sus madres fue fundamental, pero no suficiente para captar toda la retribución infantil que terminaba perdiéndose en el vacío, porque el corazón de la niñez es grande.  

Hoy, hecha la ley, hecha la vergüenza. Los irresponsables, jóvenes y alocados  de ayer, se muestran temerosos, cobardes, pues saben que la infancia es inocencia y vulnerabilidad y si no hay justicia, quizás hay venganza. El ímpetu animal, la explosión hormonal o los estimulantes exógenos al cuerpo, no servirán para justificar una vida de olvido y aunque algunos mostrarán su maldad amenazando niños, sepan que el tiempo no solo cura, también mata. 

Franco Contreras
03/08/2020

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