lunes, 9 de marzo de 2015

¿Empresas de buena voluntad?

Imagen, gentileza de Bettiana Castro
Cuando pensamos en empresa, pensamos en clientes, proveedores, utilidades y últimamente, evasión tributaria, pero nos cuesta imaginar como un servicio o producto toma forma para quedar a nuestra disposición.

Cuando abrimos la ventana hacia estos cuestionamientos, nuestra imaginación emprende un viaje de ideas que normalmente intentan describir el proceso realizado para lograr un objetivo.

Lo anterior despierta la curiosidad de algunos clientes y se refleja en las actividades realizadas para obtener un producto o servicio, que constituyen la base de los procesos necesarios en la cadena de valor. Una parte de la realidad organizacional nos muestra que algo tan básico, resulta invisible al interior de la entidad, configurando una problemática transversal, desde pequeños e incipientes emprendimientos, hasta empresas mas longevas, materializándose en una planificación y control deficiente, conflicto y dificultad para administrar el capital intelectual, envolviéndonos cotidianamente en una espiral de plazos que no se cumplen, procesos en una dirección equivocada, trabajadores descontentos y perdida de “know how”.  

En casos extremos el “gap” es reducido a un problema “comunicacional”, que fija la atención en los canales de comunicación, poniendo énfasis en la rapidez, pero con una deficiente comprensión del escenario, trasmitiendo un mensaje incompleto. Por ejemplo, el área comercial compromete plazos difíciles de cumplir para las áreas operativas, lo cual puede ser beneficioso para mejorar eficiencia, pero cuando se convierte en una constante genera frustración desde que se pronuncia la frase “lo quiero para ayer”, ya que el inconsciente asume que no cumplirá y que junto al “no se como lo harán, pero lo quiero ahora”, deberían ser extirpadas del vocabulario en cargos de decisión, ya que no aportan y representan deficiencias de liderazgo, reflejándose en horas extraordinarias que se transforman en moneda de cambio en un contexto de sueldos bajos, dejando invisibles problemas de planificación y claridad de la instrucción, generando cajas negras ignoradas por la alta gerencia y que basan  su funcionamiento en la “buena voluntad” de trabajadores explotados, que intentan ser dignos de un trabajo bien hecho, pero que entregan a la organización el tiempo de sus familias, convirtiendo una problemática  organizacional en una externalidad indeseable para la sociedad.

Franco Contreras

07/03/2015

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