Imagen, gentileza de Bettiana Castro
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Cuando pensamos en empresa, pensamos en clientes, proveedores,
utilidades y últimamente, evasión tributaria, pero nos cuesta imaginar como un
servicio o producto toma forma para quedar a nuestra disposición.
Cuando abrimos la ventana hacia estos cuestionamientos, nuestra
imaginación emprende un viaje de ideas que normalmente intentan describir el
proceso realizado para lograr un objetivo.
Lo anterior despierta la curiosidad de algunos clientes y se refleja
en las actividades realizadas para obtener un producto o servicio, que
constituyen la base de los procesos necesarios en la cadena de valor. Una parte
de la realidad organizacional nos muestra que algo tan básico, resulta
invisible al interior de la entidad, configurando una problemática transversal,
desde pequeños e incipientes emprendimientos, hasta empresas mas longevas,
materializándose en una planificación y control deficiente, conflicto y
dificultad para administrar el capital intelectual, envolviéndonos
cotidianamente en una espiral de plazos que no se cumplen, procesos en una
dirección equivocada, trabajadores descontentos y perdida de “know how”.
En casos extremos el “gap”
es reducido a un problema “comunicacional”,
que fija la atención en los canales de comunicación, poniendo énfasis en la
rapidez, pero con una deficiente comprensión del escenario, trasmitiendo un
mensaje incompleto. Por ejemplo, el área comercial compromete plazos difíciles
de cumplir para las áreas operativas, lo cual puede ser beneficioso para
mejorar eficiencia, pero cuando se convierte en una constante genera
frustración desde que se pronuncia la frase “lo
quiero para ayer”, ya que el inconsciente asume que no cumplirá y que junto
al “no se como lo harán, pero lo quiero
ahora”, deberían ser extirpadas del vocabulario en cargos de decisión, ya
que no aportan y representan deficiencias de liderazgo, reflejándose en horas
extraordinarias que se transforman en moneda de cambio en un contexto de
sueldos bajos, dejando invisibles problemas de planificación y claridad de la
instrucción, generando cajas negras ignoradas por la alta gerencia y que basan su funcionamiento en la “buena voluntad” de trabajadores explotados, que intentan ser dignos
de un trabajo bien hecho, pero que entregan a la organización el tiempo de sus
familias, convirtiendo una problemática organizacional en una externalidad indeseable para
la sociedad.
Franco Contreras
07/03/2015
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