Imagen gentileza de Betts Castro
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Es interesante como nos abstraemos de la realidad que hemos creado,
la misma que nos convoca al desastre predecible. Hoy el mundo parece mas
pequeño y complejo, hemos identificado y comprendido interacciones en
ecosistemas, la ecología como ciencia nos abre la puerta de la
administración sustentable de los recursos, pero la codicia y desidia nos conducen
por una traumática senda.
Quizá esta historia comienza cuando tomamos conciencia de nuestra inteligencia
y creatividad, situándonos a nosotros mismos fuera del alcance de la naturaleza,
un proceso de desvinculación terrenal que goza de un gran registro para el
archivo futuro, que mostrara en detalle la inverosímil destrucción de glaciares
en beneficio de lo que algunos insisten en llamar “minería sustentable”. Otros
solo ven el agua que baja por las quebradas o que mágicamente aparece en el grifo,
pero aun nos falta comprender y asimilar la relación entre el ciclo y los
estados del agua con los glaciares que cobija la cordillera de Los Andes. De acuerdo a la publicación “Glaciares
chilenos: Reservas estratégicas de agua dulce” de Sara Larraín “a nivel nacional 70% de la población se
abastece de recursos hídricos provenientes de las zonas alto- andinas”, ubicándose
los glaciares mas importantes para este abastecimiento en el norte y centro de
nuestro país, lugares que se caracterizan por periodos de déficit hídrico.
El agua como elemento estratégico y esencial para la vida se
transforma en símbolo de resistencia para las comunidades, con enfrentamientos
que aceleradamente se transforman en una constante en nuestra sociedad, mientras
empresarios y políticos muestran un ritmo extemporáneo y/o contrario a una
matriz económica que no ponga en riesgo nuestra supervivencia. En lo particular,
la población de Caimanes ha dado una lucha respetable, pero reactiva, que en la quinta región la comunidad
de Jahuel toma con carácter preventivo, brindándonos un ejemplo para alcanzar
una sustentabilidad palpable, alejada del discurso y eslogan plástico.
Es tiempo de albergar nuevos y verdaderos liderazgos, que el
estado propicie la autonomía energética con ERNC (Energías renovables no
convencionales), y la diversificación de la matriz económica con una visión mas
allá del calculo político a 4 años y el abstracto margen de utilidad en estados financieros.
Franco Contreras 05/04/2015
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