Imagen, gentileza de Battiana Castro
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Cuando conversas con alguien que lleva 20 años en una compañía,
normalmente quedas abrumado por su valiosa experiencia, la que en algunos casos
es sinónimo de respeto entre sus compañeros, y se traduce en una posición de
liderazgo informal, claramente esto no configura una prerrogativa de bueno o
malo, sino solo la oportunidad de ser escuchado, la sabiduría en sus palabras y
actos, determinaran si representa una contribución a la sociedad.
Con el tiempo se adquieren herramientas que agilizan la detección
de falencias en una organización, pero a veces quedan transformadas en un ruido
subterráneo, que pocas veces se abre camino hacia la superficie con la fuerza
necesaria para transformar su entorno. Lo anterior puede ser el resultado de gerentes
de alto nivel desconectados de las personas, mandos medios temerosos de ser
opacados por sus subordinados y trabajadores que no se atreven a disentir con
sus superiores.
Se genera un escenario complejo cuando no
hay cuestionamiento desde la base organizacional, ya que se pierde el contacto
necesario para anticipar una problemática u oportunidad de mejora, impidiendo
estrechar los lazos con aquellos que están en la vanguardia, resolviendo y
superando dificultades diarias que
posibilitan una cadena de valor ininterrumpida.
La dignidad de la persona esta relacionada
con su libertad para tomar decisiones, lo que en una empresa se debe traducir
en espacios de discusión y cuestionamiento, que deben ser administrado con el
objetivo de mejorar las condiciones laborales y con ello, productos y servicios
entregados a sus clientes.
En el contexto de una sociedad obediente, caracterizada
por el hedonismo, forjada con dictadura y represión, la búsqueda del bien común
es criminalizado en medios de comunicación, mientras los que alimentan el ruido
subterráneo no se pierden el noticiero y como ganado después de ser marcado y
castrado vuelven voluntariamente al confort del corral.
El cuestionamiento y la protesta nos harán
dignos de la libertad de decidir.
Franco Contreras
14/06/2015
weón chanta, todavía no entiendo cómo te dan tribuna en el los andes online... se nota que basta con mandar cualquier cabeza de pescado para que la publiquen.
ResponderEliminarHola anónimo, ya extrañaba tus comentarios, gracias por ingresar a mi blog y contribuir a la estadística de visitas, un gran abrazo :)
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