Foto elaboración propia, (Inglaterra, Windsor
Castle. 2013)
St. George and the Dragon
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Para los andinos que siguen Games of
Thrones, Winterfell puede transportarnos a las frías mañanas de un
invierno que hoy es parte del recuerdo. El reloj despertador libero demasiadas
veces el sonido estridente que hasta hoy nos atormenta, obligándonos
a inhalar el hielo matutino y exhalar la calidez del espíritu del dragón, para
luego exponer tu rostro al vendaval de agua helada que lo lavaría cada amanecer.
La traumática
experiencia solo podía ser atenuada con un desayuno de leche hirviendo, para
recuperar los 36º de temperatura corporal que descenderían bruscamente en tu
dentadura, a punta de cepillado y enjuague, en ese instante tus dientes solo
pedían caer y terminar con todo de una vez, pero en lugar de eso, aparecías en
shock, con tus dedos pegados en la reja tratando de abrir la cerradura
congelada vestido de escolar en Los Andes.
Mas arriba en
la cordillera, aquellos que hicieron el servicio militar en la Escuela de Alta
Montaña definitivamente madrugaron varias veces en Castle Black, para
resguardarnos de las amenazas del norte e impedir el avance del pueblo libre,
pero por suerte la integración con estos mas allá del muro de hielo, ha
permitido a muchas Ygritte encontrar a su Jon Snow.
El ejercicio del poder ilegitimo y
corrupto de algunas de las familias mas poderosas del país y el hecho de que el
invierno no llego como antaño, representan similitudes mas espantosas que los
“white walkers” y mientras en el trono de hierro no exista un liderazgo y
voluntad de enfrentar la crisis hídrica, con una política de estado que
resguarde fuentes tan importantes como los glaciares, que nos hidratan mientras
no tenemos lluvias, serán los pueblos quienes deberán organizarse
para enfrentar una situación que modificara de manera definitiva nuestro
entorno y tradiciones en la zona central, desde Winterfell hasta King's
Landing.
Franco Contreras
06/07/2015
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