martes, 29 de noviembre de 2022

De “corazones service” a motochorros

Imagen, elaboración propia

 En los 90tas, algunas de las motos más famosas en Chile eran las pilotadas por Clinton y Reagan, personificados por Fernando Larrain y Felipe Izquierdo respectivamente, en la sección “Corazones service” del programa “Venga Conmigo” conducido por José Alfredo Fuentes (“El Pollo”), que tengo la impresión de que evolucionó desde el programa “Exito” conducido por el mismo, pero en los 80tas.


Si bien los “Corazones service” tenían atisbos machistas, habría que considerar la época, terminaba la dictadura, había caído el muro de Berlín, Colo-colo ganaba la copa Libertadores y recién comenzábamos a experimentar la libertad de la democracia, que traería un periodo de estabilidad, crecimiento y desarrollo para el país, dando paso a televisión por cable, computador, celular e internet. Claramente muchas cosas se pudieron hacer mejor, pero Chile se convirtió en una nación pujante, aunque muchos lo olvidaron consciente o inconscientemente en octubre del 2019. En ese contexto “Clinton” y “Reagan” trataban de reconciliar parejas, “pololos” celosos que pedían perdón frente a los televidentes y no encontraban mejor manera que someterse al ridículo y enviar a éstos toscos emisarios del amor en pequeñitas motos a leer cartas románticas mientras “Clinton” cantaba alguna canción completamente desafinado.


Hoy, 30 años después, estas motos ya no evocan, flores, cartas, chocolates y “jugártela” por un amor que por diversos motivos se distanció, aunque fuese solo una idealización superficial de los reales y graves problemas que quizás habían en aquellas parejas “salvadas” por estos “héroes del amor”. Todo lo contrario, cuando pasa un scooter muy cerca de nosotros, sentimos temor de que un “motochorro” nos quite de golpe el celular, llevándose con él, las fotos familiares, la cuenta del banco, correos, mensajes, la pega, en fin… toda nuestra existencia virtual. Si vas en el auto quizá se lleve también el espejo retrovisor. En ocasiones, puedes observarlos como un enjambre, ocupando la avenida, vereda o simplemente vagarndo solitariamente, buscando la próxima casa susceptible de ser desvalijada. 


Este formato de delincuencia, lo había visto al otro lado de la cordillera, la década pasada. Aparentemente, como casi siempre, fuimos el último país al que llegara la novedad, así como los Rolling Stones y la pandemia. Lo que no puedo entender, es que aun no podamos anticiparnos. 



Franco Contreras

28/11/2022

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