jueves, 28 de mayo de 2020

Asintomáticos

Imagen, elaboración propia
Una de las deducciones que podemos hacer respecto de los efectos de la crisis sanitaria, es que evidencia las debilidades de nuestras estructuras e incluso muestra algunas fisuras en la moral de las personas. 

En medio de la pandemia escuchamos llamados a volver a labores habituales de manera normal o una suerte de discriminación, que a través del miedo apela a nuestro más básico sentido de supervivencia, en una escalada populista que en el valle aparentemente termina con la fatídica reunión del Seremi de salud de la región de Valparaíso y nuestros ediles, luego de que éste cayera en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y que nuestros alcaldes quedaran expuestos a riesgo de contagio, constatando lamentablemente que tres de ellos dieran positivo, en un contexto en que lo preventivo y perfectamente posible era realizar un encuentro vía internet a través de algunas de las plataformas digitales disponibles.

A nivel país ya es conocida y “viral” la desafortunada intervención del ministro de salud, cuando a modo de ejemplo preguntaba “¿qué pasa si muta (virus) y se pone buena persona?”, en un contexto de cientos de muertes diarias en Europa, y Asia recién recuperándose del primer round. Hoy con contagios en el personal de salud, presentadores de televisión, ministros, seremis, diputados, senadores y alcaldes, es menester ser responsables y rigurosos. Hay algunos que se sienten inmunes, pero con el despliegue de las tecnologías de información y comunicaciones (TICs), aparentemente son inmunes solo a la evidencia.

Hay otros tipos de virus, entre ellos el sistema neoliberal que nos enferma de individualismo, algunos mostraron toda su vida esta dolencia, pero otros siempre fueron asintomáticos y con una alta capacidad de contagio, que expresada a través de frases grandilocuentes, omnipotencia y en algunos casos incluso el matonaje, han propagado la infección.

Hoy es inviable un discurso de certezas respecto de lo infalible de las medidas de seguridad para evitar contagiarnos y una vez contagiados de la supuesta imposibilidad de caer en la UCI. Por otro lado, culpar la fórmula matemática o el micrófono, es sencillamente no asumir nuestros propios errores.

Hago un llamado a la reflexión, ya que una y otra vez la naturaleza nos indica que como seres humanos, no estamos al mando de este buque, hay otro poder superior al de los hombres y mujeres, tomemos la advertencia que nos entrega un test negativo para coronavirus o un proceso asintomático de la enfermedad para recapacitar respecto de nuestra actitud frente al entorno. Somos vulnerables respecto de las fuerzas de la naturaleza, estamos en una etapa crítica y sólo un ejercicio efectivo de humildad quizás nos permita alcanzar el conocimiento necesario para sobrevivir.

Franco Contreras
28/05/2020

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